Un avión de la compañía Spiriterline, que transportaba 44 pasajeros y 4 tripulantes, fue atacado a tiros el lunes por pandillas haitianas mientras sobrevolaba el país. El piloto, tras reportar una emergencia por múltiples impactos de bala de alto calibre, logró aterrizar de emergencia en el Aeropuerto Internacional del Cibao, en República Dominicana.
Las imágenes del avión muestran impactos de bala en diversas zonas cruciales, incluyendo la zona cercana a las turbinas, el compartimento de equipajes y cerca de la cabina. Esto sugiere que el objetivo no era simplemente amedrentar, sino derribar la aeronave, según reportes del periodista Lisandro Torres en su canal de YouTube. El periódico Miami-Herald también reportó que una bala rozó una bandeja de servicio. 
El incidente se suma a una creciente ola de violencia en Haití, donde las pandillas han intensificado sus actividades. Según Torres, el ataque ocurrió días después de que las bandas anunciaran una nueva escalada de terror. Un avión de la ONU también sufrió un ataque similar recientemente.
Torres critica duramente la inacción de la comunidad internacional y la ONU, preguntando por qué la respuesta a este acto de terrorismo no es tan contundente como lo sería en otras partes del mundo. Señala la hipocresía de la falta de intervención decisiva, comparándola con la respuesta que se daría en Medio Oriente ante un incidente similar.
El periodista argumenta que la pasividad de Estados Unidos y la comunidad internacional podría interpretarse como complicidad, o incluso financiamiento, a las bandas haitianas, contribuyendo a la desestabilización de la región. La falta de control sobre las bandas, armadas hasta los dientes y sin escrúpulos, representa un grave peligro para Haití y sus países vecinos, especialmente República Dominicana.
El incidente subraya la vulnerabilidad de la población civil y la necesidad urgente de una intervención internacional efectiva para controlar la creciente violencia en Haití. La cercanía geográfica con República Dominicana convierte a este país en un actor clave y altamente vulnerable a la inestabilidad. La falta de preparación de la población civil en la frontera dominicana ante una potencial escalada de violencia representa un riesgo significativo, según el análisis de Torres.
El incidente pone en evidencia la gravedad de la situación y la urgente necesidad de una acción internacional coordinada para detener la violencia y estabilizar Haití antes de que la situación se deteriore aún más.
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