
La decisión del gobierno dominicano de deportar hasta 10,000 haitianos indocumentados semanalmente ha desatado una fuerte tensión entre ambos países. Haití ha condenado enérgicamente la medida, denunciando violaciones a los derechos humanos de los migrantes.
La ministra de Exteriores haitiana, Dominique Dupuy, calificó la decisión como «lamentable» en un comunicado oficial, exigiendo el respeto a los «derechos inalienables» de los haitianos deportados. Anunció además el refuerzo de la presencia consular en República Dominicana para asistir a sus ciudadanos afectados.
El gobierno dominicano justifica las deportaciones masivas argumentando un «exceso de población migrante» y la necesidad de asegurar la seguridad y estabilidad nacional. Sin embargo, esta postura ha generado preocupación en organizaciones internacionales y la comunidad internacional, quienes instan a detener las deportaciones dada la precaria situación humanitaria en Haití.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), alrededor de 86,000 haitianos han sido deportados a la fuerza este año, reflejando la magnitud de la crisis. La violencia, la inestabilidad política y la crisis económica en Haití han provocado un éxodo masivo hacia países vecinos, principalmente República Dominicana, exacerbando la situación. La tensión entre ambos países se mantiene alta ante la falta de una solución a corto plazo para este complejo problema migratorio.
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