A sus 116 años, Tomiko Itooka, una mujer japonesa oriunda de Ashiya, Japón, ha alcanzado un hito que pocos pueden imaginar: convertirse en la nueva candidata a ser la persona viva más longeva del mundo. Este reconocimiento llega tras el fallecimiento de la española María Branyas Morera, quien murió a los 117 años y posiciona a Itooka como un referente de longevidad a nivel mundial.
Nacida en Osaka en 1908, Itooka ha vivido una vida llena de desafíos y logros. Durante la Segunda Guerra Mundial, asumió la dirección de una fábrica textil en Corea del Sur, demostrando una gran fortaleza y determinación. Tras la guerra, se dedicó al alpinismo y disfrutó de una vida activa hasta avanzada edad.
Además de su longevidad, Itooka destaca por su vitalidad. A los 100 años, seguía siendo capaz de subir los escalones de piedra del santuario de Ashiya sin ayuda. Su secreto podría estar en sus hábitos de vida, que incluyen una alimentación saludable y una actitud positiva ante la vida.
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