
Una comunidad se encuentra consternada luego de que una doctora del Ejército fuera acusada de decapitar a su propia hija de seis años en el sector Hainamosa. Lo más escalofriante del caso es que la presunta victimaria, Ana Josefa García Cuello, había pedido a sus compañeros de iglesia que oraran por ella días antes del horrendo crimen.
García Cuello regresó al país hace solo tres días tras cuidar de su hermano enfermo en Estados Unidos. Miembro de la iglesia evangélica Monte Moriah, ubicada en Los Trinitarios II, la doctora confesó a sus «hermanos en Cristo» estar atravesando severas dificultades familiares que la tenían profundamente angustiada.
Rosa Flores, quien compartía la fe con García Cuello, relató cómo la médico le confió sentirse perturbada por recientes discusiones familiares. «Yo le decía que para ver los resultados de lo que Dios es capaz de hacer, tenía que mantener su fe», expresó Flores, quien además narró haber visitado y abrazado a García Cuello el mismo día que regresó al país.
Nadie en la comunidad religiosa imaginó la tragedia que se avecinaba. García Cuello era conocida por su profunda devoción cristiana y el amor que demostraba hacia sus hijos.
Tanto la comunidad religiosa como los vecinos del residencial La Razón I, donde ocurrió el crimen, se encuentran en shock. La imagen de familia cristiana y amorosa que proyectaban los García Cuello hace aún más difícil asimilar la tragedia.
Actualmente, tanto García Cuello como su esposo se encuentran detenidos para fines de investigación en el destacamento policial de Los Mina. Las autoridades, tras revisar las cámaras de seguridad del residencial, no encontraron indicios de la presencia de terceros en la escena del crimen.
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