El gobierno de Panamá anunció este miércoles el cierre de «entre cuatro y cinco pasos» en la frontera con Colombia, en la región del Darién, como parte de una estrategia para controlar el flujo migratorio irregular y proteger a los migrantes que atraviesan la peligrosa selva.
Un «paso humanitario» para canalizar la migración
Las autoridades panameñas buscan concentrar el flujo de migrantes en un único «paso humanitario» ubicado en la localidad de Lajas Blancas. Este paso, según el ministro de Seguridad Pública, Frank Ábrego, permitirá «proteger» más fácilmente a los migrantes y «disminuir su número».
El cierre de los pasos fronterizos también busca reforzar la seguridad en la zona y combatir a los «coyotes», traficantes de personas que se aprovechan de la vulnerabilidad de los migrantes. Las patrullas del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) se concentrarán en este nuevo «paso humanitario» para «mantener la seguridad y combatir efectivamente a las personas (que) tratan de cometer delitos contra los migrantes», señaló Ábrego.
Atención a los migrantes
En Lajas Blancas, los migrantes que crucen la selva del Darién recibirán atención de organizaciones humanitarias como la Cruz Roja Internacional, la Cruz Roja Nacional, Unicef y Acnur.
La decisión del gobierno panameño se produce en un contexto de aumento del flujo migratorio irregular a través del Darién. En lo que va de este año, más de 195.000 personas han cruzado la selva, una cifra inédita que ha puesto a prueba la capacidad de las autoridades panameñas para atender a los migrantes.
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