
Un tribunal de El Salvador ha impuesto penas de hasta 1.420 años de cárcel a miembros de una estructura criminal de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13), por delitos cometidos entre 2018 y 2019, según informó este lunes la Fiscalía General de la República.
Las condenas
- Ángel Geovany Guzmán González: 1.420 años de prisión por 7 homicidios, 37 extorsiones agravadas y 25 conspiraciones para asesinar, incluyendo a 9 militares.
- Hugo Alexander Arqueta Bonilla: 764 años por homicidio agravado, organizaciones terroristas, extorsión agravada y otros delitos.
- Carlos Eduardo Díaz Rodríguez: 567 años por homicidio agravado, extorsión agravada, organizaciones terroristas y otros delitos.
- Ana Ruth Segovia Merino: 148 años por homicidio agravado, extorsión agravada y organizaciones terroristas.
Los crímenes
La investigación de la Fiscalía reveló que los 48 miembros de la MS-13 tenían como objetivo asesinar a policías y militares. Además, extorsionaban a transportistas y comerciantes de San Miguel, exigiéndoles dinero a cambio de no ser asesinados.
Un caso particularmente atroz implicó la extorsión de $10.000 a una víctima, dinero que sería utilizado para pagar la defensa legal de pandilleros capturados.
Contexto de estado de excepción y críticas
Desde marzo de 2022, El Salvador se encuentra bajo un estado de excepción decretado por el presidente Nayib Bukele como parte de su plan contra las pandillas. Esta medida ha suspendido derechos fundamentales como la asociación, la asistencia legal y el conocimiento de las causas de detención.
Esta situación ha generado fuertes críticas por parte de organismos de derechos humanos. Más de 85.000 personas han sido detenidas, según cifras oficiales, aunque la mayoría permanece sin sentencia. El gobierno ha liberado a más de 7.000 por falta de pruebas.
La MS-13: una organización terrorista
En 2012, Estados Unidos incluyó a la MS-13 en su lista de organizaciones criminales internacionales. Tres años después, la Corte Suprema de Justicia de El Salvador la declaró grupo terrorista, al igual que a la pandilla Barrio 18.
Durante más de tres décadas, las pandillas han estado presentes en barrios y comunidades del país, involucradas en narcotráfico, crimen organizado, extorsiones y asesinatos.
Las condenas impuestas a estos pandilleros de la MS-13 envían un fuerte mensaje a las organizaciones criminales: sus actos no quedarán impunes. El combate a la delincuencia y la búsqueda de la seguridad ciudadana son prioridades para El Salvador.
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