La icónica marca estadounidense de utensilios de cocina, Tupperware, conocida por sus coloridos recipientes herméticos, ha solicitado protección por bancarrota el pasado martes. Tras casi 80 años de historia, la empresa fundada por Earl Tupper ha sucumbido a la presión de un mercado en constante evolución y a una creciente competencia.
La caída en ventas, el aumento de la deuda y los cambios en los hábitos de consumo han sido factores determinantes en esta decisión. A pesar de intentos por adaptarse a la era digital y de los beneficios temporales que trajo la pandemia, Tupperware no logró revertir la tendencia a la baja.
Las famosas «fiestas Tupperware», que durante décadas fueron sinónimo de reuniones sociales y demostraciones de productos, ya no son tan populares. Los consumidores más jóvenes han optado por otras marcas y formas de adquirir productos, dejando a Tupperware luchando por mantener su relevancia.
La bancarrota de Tupperware representa el fin de una era y un duro golpe para sus empleados, distribuidores y para quienes crecieron viendo estos productos como un elemento básico en sus cocinas.
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