
La infección, causada por el hongo Trichophyton mentagrophytes tipo VII (TMVII), se presentó como una erupción cutánea en los genitales y las extremidades del hombre. Los casos de TMVII, que se han vuelto más comunes en Europa, con mayor prevalencia entre hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, a menudo se pueden confundir con otras afecciones dermatológicas como el eccema, lo que puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento.
«Los proveedores de atención médica deben estar atentos a esta nueva infección fúngica», dijo el Dr. Avrom S. Caplan, coautor del estudio de caso del hombre de Nueva York e investigador de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU. «TMVII es solo el último de una serie de infecciones cutáneas graves que han llegado a los EE. UU. en los últimos años».
Síntomas, tratamiento y desafíos
Los síntomas de la infección por TMVII incluyen una erupción roja, escamosa y con picazón que puede aparecer en el pene, las nalgas, las ingles y otras partes del cuerpo. Si bien la infección no tiene un tratamiento específico, generalmente responde a terapias antimicóticas estándar como la terbinafina (Lamisil). Sin embargo, la resolución completa de la infección puede tomar varios meses.
Un desafío adicional es que otra cepa fúngica llamada Trichophyton indotineae, que también se transmite sexualmente y se confirmó por primera vez en los EE. UU. el año pasado, a menudo muestra resistencia a la terbinafina. Los investigadores de la NYU encontraron que la itraconazol, un medicamento antimicótico diferente, fue más efectivo para tratar la infección por T. indotineae, pero puede causar efectos secundarios como náuseas y diarrea.
Investigación en curso y recomendaciones
Los investigadores de la NYU esperan ampliar su investigación sobre TMVII y T. indotineae para comprender mejor su epidemiología, patrones de resistencia a los medicamentos y opciones de tratamiento óptimas.
Mientras tanto, los expertos recomiendan que los profesionales de la salud estén atentos a estas infecciones fúngicas emergentes y pregunten directamente a los pacientes sobre las erupciones en la ingle y las nalgas, especialmente en aquellos que son sexualmente activos, han viajado recientemente al extranjero o informan tener otras lesiones cutáneas que pican.
«Es crucial reconocer estas infecciones fúngicas y diferenciarlas de otras afecciones dermatológicas para garantizar un tratamiento oportuno y adecuado», dijo el Dr. John G. Zampella, autor principal del estudio de caso y dermatólogo de la Facultad de Medicina Grossman de la NYU. «A medida que aprendemos más sobre estas cepas emergentes, podemos desarrollar estrategias de prevención y control más efectivas». Finalizó.
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