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Lisandro Torres al dia

Dos siamesas dominicanas buscan una esperanza para separarse

junio 4, 2024

Les traemos la conmovedora historia de Melanie y Abigail, dos niñas siamesas dominicanas que se encuentran unidas por el abdomen desde su nacimiento. A pesar de las dificultades y la incertidumbre, su familia lucha incansablemente por encontrar una oportunidad para separarlas y mejorar su calidad de vida.

Judi Alcántara, quien es la madre de las gemelas de 5 años de edad, relata cómo a las 12 semanas de embarazo recibió la noticia de que sus hijas estaban físicamente conectadas. «Fue un proceso difícil«, comenta, «pero no las rechacé porque las amé desde que estaban en la barriga».

Melanie y Abigail nacieron el 4 de mayo de 2019 con un peso combinado de 10 libras. Los médicos temían por su supervivencia, pero las niñas desafiaron las probabilidades y lograron vivir. «Para nosotros ha sido una bendición porque están rompiendo pronósticos», afirma Judi.

Las gemelas comparten órganos vitales y nacieron con una malformación anorrectal. Su condición las hace candidatas a una cirugía de separación, pero los esfuerzos de la familia por encontrar ayuda en el extranjero han sido infructuosos.

A pesar de los obstáculos, Judi no pierde la esperanza. «Seguimos buscando, seguimos llamando y enviando correos para ver si existe algún hospital que pueda ayudarlas», dice. La familia reside en la comunidad de Lavapiés en San Cristóbal, donde las niñas asisten a una escuela especial y reciben terapias.

Dos niñas llenas de vida:

Melanie y Abigail son descritas como niñas felices, inquietas y cariñosas. «Para mí, son ángeles de Dios», afirma Judi. A pesar de las limitaciones, viven su vida con alegría y entusiasmo, eligiendo su ropa, zapatos y participando en las actividades diarias.

La familia de Melanie y Abigail, quienes son oriundas de la comunidad de Lavapiés en San Cristóbal, necesitan apoyo para continuar su lucha por la separación de las niñas. Cualquier ayuda, ya sea económica o médica, será invaluable para brindarles una mejor calidad de vida.

La historia de Melanie y Abigail es un ejemplo de la fuerza del amor familiar y la esperanza frente a la adversidad. Su lucha nos conmueve y nos invita a reflexionar sobre la importancia de la solidaridad y la búsqueda de soluciones para quienes más lo necesitan.

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