En una noche para la historia del béisbol, Freddie Freeman de los Dodgers de Los Ángeles conectó el primer grand slam de oro en la historia de la Serie Mundial, asegurando una victoria 6-3 sobre los Yankees de Nueva York en el Juego 1 disputado en el Dodger Stadium.
A pesar de un esguince de tobillo derecho, Freeman demostró una grab valentía y determinación inquebrantables al presentarse al plato en la décima entrada con las bases llenas. Su jonrón, que evoca el legendario batazo de Kirk Gibson en 1988, no sólo decidió el partido, sino que lo convirtió en un héroe instantáneo.
El Juego 1, un enfrentamiento altamente anticipado entre los Dodgers y los Yankees, los mejores equipos de la Liga Nacional y Americana, respectivamente– generó una expectativa enorme. Esta victoria otorga a los Dodgers una importante ventaja inicial; históricamente, los equipos que ganan el primer juego de una serie al mejor de siete tienen una probabilidad significativamente mayor de ganar el campeonato.
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