La boxeadora argelina Imane Khelif se ha asegurado su lugar en la pelea por la medalla de oro en la categoría welter, tras derrotar por 5-0 a la tailandesa Janjaem Swannapheng en la semifinal de los Juegos Olímpicos de París. Esta victoria no solo la aproxima a la gloria deportiva, sino que también la coloca en el ojo del huracán mediático por las polémicas en torno a su identidad de género.
Khelif, quien ha sido objeto de controversia por una serie de conceptos erróneos sobre su género, se destacó en el cuadrilátero de la Cancha Philippe Chatrier, donde fue ovacionada por el público a lo largo de los tres asaltos de la pelea. Con esta victoria, ya ha asegurado al menos la medalla de plata y buscará el oro el próximo viernes.
Antes del combate, Khelif ya había hecho historia al convertirse en la primera boxeadora argelina en asegurar una medalla en esta disciplina durante los Juegos Olímpicos. Durante la pelea ante Swannapheng, Khelif mostró un dominio claro, propiciando que su rival recibiera una cuenta de protección de 8 hacia el final de la tercera ronda, fruto de una ráfaga de golpes.
Tras el pitido final, Khelif celebró su victoria corriendo sobre la lona y levantando los puños, mientras el público le brindaba una calurosa ovación.
De ganar su siguiente combate, Khelif se unirá a Hocine Soltani como la segunda medallista de oro de Argelia en el boxeo olímpico, recordando la victoria de Soltani en Atlanta 1996.
Sin embargo, el camino de Khelif en los juegos olímpicos ha estado marcado por la controversia. Su primera pelea en París generó un intenso debate sobre la identidad de género en el deporte, especialmente tras la retirada emocional de su primera oponente, la italiana Angela Carini, quien expresó haber sentido un intenso dolor por los golpes recibidos.
La atención mediática no se ha hecho esperar, incluyendo declaraciones de figuras públicas como el expresidente estadounidense Donald Trump y la autora J.K. Rowling, quienes han hecho afirmaciones erróneas sobre Khelif, catalogándola como hombre o transgénero.
A pesar de las controversias, Khelif sigue enfocada en su objetivo, con la mirada firmemente fija en el oro olímpico.
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