Un acto de violencia de género ha conmocionado al mundo del deporte. La atleta ugandesa Rebecca Cheptegei, quien participó en los recientes Juegos Olímpicos de París, falleció trágicamente tras ser atacada brutalmente por su pareja.
El pasado domingo, en el condado de TransNzoia, Kenia, el hombre roció a Cheptegei con gasolina y le prendió fuego, causándole quemaduras en el 80% de su cuerpo. A pesar de los esfuerzos médicos, la atleta no pudo superar las graves heridas y falleció en el Hospital Universitario y de Referencia Moi de Eldoret.
«La cantidad de quemaduras es de un 80%, lo cual es muy severo», afirmó Owen Menach, director interino del hospital. «Desafortunadamente, la perdimos después de que todos sus órganos fallaran la pasada noche».
La muerte de Cheptegei ha generado una ola de indignación y tristeza en Uganda y en todo el mundo. El presidente de la Asamblea Nacional de Kenia, Moses Wetang´ula, condenó el acto como «cobarde y sin sentido». Por su parte, el ministro keniano de Deportes, Kipchumba Murkomen, prometió que el gobierno buscará justicia para la atleta y destacó la urgente necesidad de combatir la violencia de género.
Según datos del gobierno keniano, cerca del 34% de las mujeres en el país han sufrido violencia física. Este trágico suceso pone de manifiesto la gravedad del problema y la necesidad de tomar medidas más contundentes para proteger a las mujeres.
La Federación de Atletismo de Uganda lamentó profundamente la pérdida de Cheptegei, describiéndola como una «gran atleta» y pidiendo justicia por su muerte. Los padres de la corredora, devastados por la pérdida de su hija, señalaron que Rebecca era el sostén económico de la familia.
La muerte de Cheptegei es un recordatorio doloroso de que la violencia de género es un problema global que afecta a mujeres de todas las edades y orígenes. Es fundamental que se tomen medidas para prevenir estos actos y brindar apoyo a las víctimas.
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