¿Por qué olvidamos tan fácilmente lo que acabamos de pensar?

Todos lo hemos experimentado en que estamos concentrados en algo, de pronto nos distraemos por un segundo y, justamente en ese momento, ese pensamiento desaparece de nuestra mente. Ya sea una gran idea, un nombre familiar o una tarea pendiente, el olvido repentino de lo que acabábamos de pensar es una experiencia común y francamente frustrante para muchos.

Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Qué dice la ciencia sobre estos olvidos momentáneos? A lo largo de los años, investigadores han estudiado en profundidad la naturaleza de la memoria y sus fallas para entender por qué olvidamos algo justo después de haberlo pensado.

La respuesta se encuentra, en gran medida, en la memoria de trabajo, un tipo de memoria esencial para almacenar y manipular información a corto plazo. Por ejemplo, cuando nos dan un número de teléfono para anotar o cuando calculamos mentalmente el total de una compra, estamos utilizando nuestra memoria de trabajo.

Sin embargo, esta memoria tiene limitaciones, tanto en su capacidad como en su duración. Según el psicólogo George A. Miller, la memoria de trabajo puede retener entre 5 y 9 elementos a la vez, un fenómeno conocido como la «regla del 7 ± 2».

«El simple hecho de pasar de una tarea a otra diferente provoca que olvidemos la primera», señalan los autores de una investigación realizada en el Knox College de Illinois. Uno de los principales culpables de estos olvidos inmediatos es la interferencia cognitiva: cuando información nueva o irrelevante se cruza con lo que intentamos recordar, obstaculiza y desplaza ese pensamiento de nuestra memoria de trabajo.